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I Corintios 15:35-38
“Pero preguntará alguno: ‘¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?’Necio, lo que tú siembras no vuelve a la vida si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, sea de trigo o de otro grano. Y Dios le da el cuerpo que él quiere, y a cada semilla su propio cuerpo”.
¿Pueden los muertos volver a la vida? Mientras que muchos científicos nos aseguran que no pueden, la tumba vacía de Cristo nos asegura que en Él todo aquel que confía en Su obra salvadora en la cruz del Calvario vivirá corporalmente con Él para siempre. Cuando la ciencia moderna intenta levantar dudas acerca de la resurrección corporal de Cristo solo tenga en mente que la ciencia no puede explicar ni el milagro de la semilla.
Cualquier semilla, sea una ordinaria semilla de frijol, una bellota o un coco, es una maravilla de vida. Considere el árbol de roble. ¡Dentro de la bellota, pesando menos de una onza, se encuentra un diminuto árbol de roble en estado embriónico, suficiente nutrición para que el pequeño árbol empiece solo y toda la información codificada necesaria no sólo para dirigir el principio del crecimiento, sino para también guiar el diseño y desarrollo de toneladas y toneladas de árboles! ¡Las semillas de loto pueden permanecer vivas y brotar hasta durante 1.000 años!
¡Si hubiera dependido de la primera planta entender cómo conseguir este milagro a través de la prueba y el error, todavía estaríamos esperando que la primera semilla se desarrolle! ¡Pero las Escrituras resuelven este problema claramente al decir que Dios es el autor de toda la vida! Además la clara afirmación de las Escrituras sobre el asunto, parece de los más acientífico es decir que el pequeño manojo de vida que llamamos semilla no fue cuidadosamente diseñado y creado sino que se dio por casualidad.
Y como la vida se despoja su capa vieja y seca para estallar en vibrante vida nueva, cada uno de nosotros miremos a Cristo para despojarnos de lo viejo y decaído y permitamos que Él ponga sobre nosotros una nueva vida vibrante que Él nos da a través de su resurrección.
Prayer:
Amado Señor Cristo Jesús, Tu tumba vacía habla más fuerte que todas las palabras de los incrédulos. Permite que yo verdaderamente muestre la vida nueva que Tú me has dado para que los corazones de los incrédulos puedan abrirse a Ti. Amén.
Notes:
Pope, Jon Cedar. 1979. “Carrying an immature plant through time and space.” Science Digest, May. p. 60.