Josué 4:21-22
“Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.”

En general, los maestros de escuela y los medios de comunicación asumen que la fosilización es un proceso dolorosamente lento. De hecho, hay muchos evolucionistas contemporáneos que saben que la fosilización puede ser mucho más rápida, pero la escala de tiempo popular sugiere que el proceso requiere millones de años.

Sin embargo, desafía la lógica suponer que un fósil grande podría quedar fuera del suelo durante millones de años sin pudrirse, mientras se cubre lentamente con sedimentos. Si un fósil grande está encerrado en una capa, entonces es probable que toda la capa se haya formado rápidamente; de lo contrario, los huesos se habrían podrido antes de que pudiera tener lugar cualquier permineralización.

En el Centro de la Creación del Monte St. Helens, tenemos un osito de peluche petrificado que fue entregado al centro. Vino de la Cueva de la Madre Shipton en Yorkshire, Inglaterra. En esta conocida cueva de mineralización, objetos como los osos de peluche, sombreros y corbatas se cuelgan de hilos, para que el agua de la cueva rica en calcita pueda gotear sobre ellos. Un típico osito toma seis meses en convertirse en piedra en estas condiciones.

El investigador Dr. Vij Sodera, ha catalogado muchos ejemplos de fosilización rápida en su maravilloso libro, One Small Speck (Una pequeña partícula). En solo media docena de páginas, vemos fósiles de exoesqueletos, arrojados por artrópodos, una huella humana, fosilizada en el año 2000, y el tronco de un árbol, cuyos anillos muestran que fue fosilizado en menos de 2,400 años. El Dr. Sodera muestra que esa fosilización rápida es la norma, y no la excepción, y que el proceso es, por lo tanto, un problema considerable para los evolucionistas, pero no para aquellos que entienden el rápido entierro de organismos que ocurrió en el Diluvio.

Oración: Padre celestial te alabamos, porque sabemos que cuando observamos la evidencia, a través del punto de partida que es tu palabra, entonces todo cae en su lugar y tiene sentido. Amén.

Ref: Sodera, V. (2009), Una pequeña partícula, pp. 30-36. Imagen: Creative Commons Attribution 3.0 Unported.

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