Génesis 1:26-27

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Los monstruos más temibles de todos serían Los Robots. Recuerdo cuando chico, en noviembre de 1968, estar escondido detrás del sofá mientras veía Doctor Who – La Invasión. ¡Quedé cautivado cuando los Cyberhombres (robots cibernéticos) emergían de las alcantarillas de Londres para conquistar el mundo!

Muchas historias de ciencia ficción presentan robots, que son esencialmente un marco artificial, que contiene algún tipo de computadora de cerebro. Este computador-cerebro ha sido fabricado, pero la idea es que sus programas eventualmente sean auto-conscientes, y que el robot, entonces, sea capaz de pensar inteligentemente.

Por supuesto, hoy en día existen robots entre nosotros. Sin embargo, no son los hombres de metal de nuestras pesadillas infantiles. Brazos controlados por computadora pintan automóviles, envuelven paquetes e incluso conducen trenes. La diferencia entre estos robots modernos y los de la Ciencia Ficción es la naturaleza de sus programas de computadora. Estos programas no son auto-conscientes. A veces dan la impresión de inteligencia o incluso de auto-conciencia, como el oyente reconocerá, si alguna vez ha intentado hablar con Siri o Echo. Algunos expertos en el campo de la inteligencia artificial creen que estos programas podrían realmente llegar a ser auto-conscientes y podrían comenzar a crear sus propios sucesores. ¿Tendrían almas esas máquinas?

La respuesta a esa interrogante es volver al Génesis. En el primer capítulo, se nos dice que la naturaleza especial de la humanidad existe,  porque somos hechos a imagen de Dios. Sin embargo, las máquinas de inteligencia artificial por más sofisticadas que sean, no lo son. Esta es una idea del proceso evolutivo, el que los programas robóticos un día puedan reproducirse, pero esa idea no es apoyada por los hechos, como se revela en las Escrituras.

Yo te alabo, Señor, que me has hecho formidable y maravillosamente. Gracias por la maravilla de la creación de la humanidad, todos los descendientes del primer hombre, Adán. Amén.

Ref: ¿Destruirá la Inteligencia Artificial la humanidad?, <Https://answersingenesis.org/blogs/ken-ham/2014/12/09/will-artificial-intelligence-destroy-humanity/ > accede, 7/26/2017. Imagen: Adobe Stock Imágenes, con licencia de autor.

 

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