Hechos 17:11
“Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
Muchos, si no la mayoría, de los líderes del movimiento creacionistas hoy alguna vez fueron evolucionistas. La mayoría de ellos alguna vez creyeron que Dios creó, pero que creó a través de la evolución. Cuando ellos aceptaron la evolución, fueron considerados imparciales por muchos. En cuanto rechazaron la evolución, fueron considerados parcializados por aquellos que todavía aceptaban la evolución.
Aquellos que alguna vez fueron evolucionistas convencidos señalan que hay serias objeciones en la evolución. Por ejemplo, el registro fósil no retrata ningún dibujo del desarrollo de las cosas vivientes desde lo simple a lo complejo. Si usted es un evolucionista teísta, tal vez no crea esto, pero compruébelo. Los representantes de cada filo principal de los animales vivientes, se encuentran hoy en las capas más profundas de las rocas que contienen fósiles de multicelulares. Ellos aparecen de pronto sin ningún ancestro evolutivo.
Además los registros fósiles no ofrecen ningún vínculo o “eslabón perdido” indisputable entre los varios tipos de criaturas. El Dr. Colin Patterson del Museo Británico, que no es un creacionista, admite en una carta bien publicitada que no existe ni una sola forma de conexión transicional que enlace a cualquier tipo de animal con otro. Inclusive las más famosas llamadas formas transicionales no han soportado la prueba de investigación científica.
No existe ni un solo hecho o grupo de hechos que demanden que el cristiano educado abandone el relato bíblico de la creación y la historia. ¡No hay ninguna razón intelectual para que los cristianos adopten las creencias evolucionistas!
Prayer:
Amado Padre, Te agradezco que Tu Palabra revelada es confiable en todo lo que habla, incluyendo la historia. Ayúdame a ser más regular y sistemático en mi estudio de la Biblia. En Nombre de Jesús. Amén.
Notes:
Sunderland, Luther D. 1988. Darwin’s Enigma. El Cajon, CA: Master Books.