Hechos 17:11
“Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.

¿Está usted seguro de que sabe lo que cree? ¿Sabe usted por qué cree lo que cree?  Nuevas investigaciones sugieren que la gente por lo general no Sabe cómo llegó a creer lo que cree.  Ni saben por qué creen ciertas cosas. Esta investigación confirma la verdad de una lección bíblica.

Un número de estudios hechos por investigadores de la Universidad de Tejas en Austin sugieren que hay influencias sútiles pero importantes sobre cómo llegamos a creer que ciertas cosas son ciertas y otras cosas son falsas.  Ellos dicen que lo primero que sucede cuando escuchamos algo es que lo creemos.  Luego lo comparamos con cosas que ya conocemos.  En el caso de una afirmación evidentemente ridícula como que “los cerdos vuelan”, en la etapa de creencia y en la comparación con la realidad todas suceden en una fracción de segundo.  Así que cuando rechazamos la afirmación como falsa, nunca nos damos cuenta de cómo llegamos a esa conclusión.

Los investigadores también encontraron que si estamos distraídos durante las etapas de aceptación y comparación, tal vez no hayamos terminado con ellas, y aceptaremos una afirmación como cierta que por lo general rechazaríamos.  Las creencias pueden ser creadas cuando sólo aceptamos la información como cierta pasivamente.

Podemos aplicar estas conclusiones a nuestra fe cristiana.  Muy a menudo como cristianos aceptaremos afirmaciones que contradicen la Biblia porque nuestra atención se encontraba distraída por otras cosas que también fueron dichas – cosas que podríamos aceptar porque son bíblicas.  Esto demuestra la sabiduría de los cristianos en Berea quienes, nos dicen, que comparaban todo lo que escuchaban con lo que la Biblia tenía que decir.

Oración: Te agradezco Señor por la mente maravillosa que Tú me has dado. Ayúdame a tener más cuidado en comparar cada elemento de lo que escucho con lo que la Biblia tiene que decir para que no sea yo engañado. Amén.

Ref: Bower, Bruce. 1991. True believers. Science News, v. 139, Jan. 5. p. 14. Foto: Pig on a ledge, Envato.

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