Isaías 55:8
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos mis caminos», dice Jehová”.

En 1981 sólo era una teoría – una que parecía ir contra toda lógica.  La teoría decía que si usted tiene una señal, digamos un sonido que fuera demasiado débil para ser escuchado, añadir un pequeño sonido haría que fuese más fácil de escuchar.  Si usted añadía demasiado sonido, usted ahogaría la débil señal.  Añadir muy poco sonido no ayudaría del todo.  Pero añadir justo la adecuada cantidad de sonido a una señal con sonido demasiado débil para ser escuchada, podría ser escuchada.

La teoría fue demostrada a ser un hecho científico en 1983. Este efecto ilógico fue nombrado como “resonancia estocástica”.  Desde 1980, científicos han descubierto numerosos ejemplos de resonancia estocástica y han investigado varios usos para ésta.  La estática de la radio hace difícil de escuchar a una estación, especialmente si la señal es débil.  Sin embargo, los investigadores están construyendo radios exclusivos que añaden justo la correcta cantidad de estática para hacer que las estaciones imposibles de recibir sean entendibles.

¡Ahora para la sorpresa!  ¿Alguna vez se preguntó como usted puede seleccionar una sola voz en una habitación ruidosa llena de gente y escuchar lo que está diciendo? Los científicos ahora creen que nuestros cerebros tienen procesadores incorporados de resonancia estocástica mucho más sofisticados que las unidades que esperan construir algún día.  Como dijo un científico, “La naturaleza pudo haber entendido la resonancia estocástica mucho antes que nosotros”.

Lo que parece ilógico – añadir sonido a un sonido para que se vuelva claro – es en realidad una pieza asombrosa de sabiduría.  La sabiduría en la forma en que este conocimiento técnico avanzado es utilizado es aún un testimonio más, no de una “naturaleza” impersonal, sino para nuestro Creador.

Oración: Amado Padre celestial, cuan poco todavía entendemos acerca de las cosas maravillosas que Tú has diseñado y creado. Oro por que nuestra edad actual deje de hablar de una “naturaleza” impersonal y te reconozca a Ti. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notas: Peterson, I. 1991. The signal value of noise. Science News, v. 139. Feb. 23. p. 127.

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