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Salmos 150:2
“Alabadlo por sus proezas; alabadlo conforme a la muchedumbre de su grandeza”.
Durante generaciones era una regla que los reptiles fueran de sangre fría. Y las tortugas, siendo reptiles, por lo tanto también eran llamadas de sangre fría. Al ser de sangre fría, se esperaba que la temperatura corporal de las tortugas sea cercana a aquella del agua a su alrededor.
Fue un científico creacionista el Dr. Wayne Frair quien primero descubrió una tortuga de “sangre caliente” a principios de 1970. Él y otros dos científicos publicaron su investigación histórica en el diario Science en 1972. Ellos reportaron el descubrimiento de una gigante tortuga laúd que pesaba 920 libras que podía mantener su temperatura corporal en 72 grados F (22 grados C), inclusive cuando se la ponía en un tanque de agua a temperatura de 45 grados F (7 grados C). Las tortugas laúd tienen una variedad entre tortugas de aguas cálidas tropicales y aguas norteñas frías, a menudo migrando entre ellas.
Este descubrimiento en realidad hace pedazos dos falsas afirmaciones hechas por los científicos evolucionistas. Primero, comprueba que los reptiles sí pueden ser de sangre caliente y que la tortuga laúd es de sangre caliente. Segundo, este es uno de muchos ejemplos contestando la afirmación de que los científicos que creen en la creación no son científicos verdaderos. A lo largo de los años muchos científicos que creen en la creación han realizado importantes descubrimientos en la ciencia.
Esto no nos debería sorprender, ya que la ciencia estudia el mundo material que hizo el Creador. Los científicos que creen en la creación en realidad están en mejor posición para aprender lo que Él ha hecho que aquellos que le niegan.
Prayer:
Padre celestial, permite que mi fe en Ti y en tus obras de salvación por mí ayude que mi trabajo muestre Tu excelencia como un testigo ante todo. En Nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notes:
Discovery. Bible Science Newsletter, Apr. 1973, p. 2.
