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II Corintios 4:3-4
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
El ojo, mientras aprendemos más acerca de cómo funciona, con su increíble visión sensible al color, está siendo reconocido cada vez más como una de las maravillas. El ojo puede detectar la medida más pequeña de luz conocida a los físicos. Estas unidades se llaman fotónes.
El ojo humano normal detecta el color utilizando principios similares a aquellos utilizados por nuestro televisor a color. Dentro del ojo se encuentran tres tipos de moléculas que absorben luz. Se encuentran el los millones de células en forma de cono en la retina. Cada una de estas tres moléculas absorbe uno de los colores primarios – rojo, verde o azul. ¿Cómo pudieron “fuerzas naturales” accidentalmente haber tropezado sobre el mismo principio de física sobre el cual el color descansa?
La sensibilidad requerida para una visión a color también es sorprendente. Hay sólo alrededor de 75 millonésimas de un metro de diferencia entre las longitudes de ola de la luz azul y la verde. Esta diferencia de tamaño es tan pequeña que no se podría notar aún bajo el más poderoso microscópico de luz. Sin embargo el ojo no tiene ningún problema en detectar la diferencia.
En su libro Sobre los orígenes de las especies, Darwin escribió, “El suponer que el ojo, con todos sus inimitables dispositivos para ajustar el enfoque de diferentes distancias, para admitir diferentes cantidades de luz y para la corrección de aberración esférica y cromática, pudo haber sido formado por selección natural, parece, libremente confieso, absurdo al más alto grado”. En este sólo punto ciertamente concordamos con Charles Darwin.
Prayer:
Te agradezco, amado Señor, por la habilidad de ver la belleza y maravilla de Tu creación. Da vista a aquellos que están espiritualmente ciegos por la idea de que una evolución impersonal pudo haber diseñado nuestra habilidad para ver para que al verte a Ti, puedan ser guiados a una relación contigo a través de nuestro Salvador, Cristo Jesús. En Su Nombre. Amén.
Notes: