2 Corintios 9:5
“Por tanto, consideré necesario exhortar a los hermanos que fueran primero a vosotros y prepararan primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como muestra de generosidad y no como de exigencia nuestra”.

El extraño compañerismo entre el camarón ciego y el gobio es absolutamente necesario si ambas criaturas han de sobrevivir.  El casi ciego camarón depende del gobio, un pez pequeño, de la misma forma que una persona ciega depende de un perro para ciegos.  El gobio depende de la seguridad del complejo sistema de túneles que cava el camarón.

digging is a snapEl camarón está bien diseñado para cavar.  Una vez que haya empezado el túnel, el camarón puede cavar una madriguera lo suficientemente grande para él y el gobio dentro de unas pocas horas.  Cada una de sus cinco pares de patas es especializada para este trabajo.  El primer par de garras están diseñadas para sacar sedimento de la madriguera.  El segundo par de patas están diseñadas para detectar y limpiar objetos así como para raspar sedimento de las paredes.  Los pares tres, cuatro y cinco son patas que son utilizadas para caminar  y que también se ocupan bien para raspar el material de las paredes del túnel.  En su abdomen el camarón tiene varios apéndices que le permiten moverse  rápidamente a su protección.  Asimismo otros apéndices pueden crear corrientes de agua que desplazan la arena del sitio de excavación.

El camarón ciego, que tiene menos de dos pulgadas de largo, sin embargo, puede cavar un sistema de túneles de varios metros cuadrados relativamente dentro de pocos días.  El diseño de la madriguera tiene varias entradas, a distancias de incluso de 1.2 metros entre una y otra.  Todas ellas conducen a una cámara en el punto más profundo del sistema.

El Creador ha dado tanto al gobio como al camarón diferentes dones que ambos necesitan para vivir.  Si ellos no compartieran sus dones ninguno podría sobrevivir.  ¿Qué dones le ha dado el Creador a usted para compartir con otros?

Prayer:
Amado Padre celestial, te agradezco que no nos hayas dejado a ninguno de nosotros sin un don especial que no sea utilizado para nuestro bien y el bien de otros. Ayúdame a entender mejor lo que me has dado y la manera de como utilizarlo sabiamente. Amén.

Notes:
Yanagisawa, Y. 1990. Strange seabed fellows. Natural History, Aug. p. 46.

Share this: