Isaías 45:18

“Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro”.

El Aye-Aye es uno de los monitos más extraños en la tierra. Sus características peculiares atestiguan que fue especialmente diseñado y creado para llenar un nicho único en la naturaleza, no es un desarrollo casual de evolución.

El Aye-Aye vive en Madagascar. Esta pequeña criatura tiene enormes orejas y un dedo medio extra largo. Se arrastra sobre árboles, golpeando sobre ellos para encontrar larvas. Los oídos del Aye-Aye son tan sensibles que puede saber si hay un orificio de larva oculto debajo de la superficie de la madera. El Aye-Aye no sólo puede sentir un agujero de larva una pulgada dentro de la madera, puede incluso saber si hay una larva en el agujero. Cuando el Aye-Aye detecta una larva, mastica la madera con los dientes incisivos curvos que posee. Sin embargo, el Aye-Aye no tiene que preocuparse por desgastar sus dientes masticando la madera dura. Sus dientes incisivos especiales son únicos entre los primates. Siguen creciendo a lo largo de la vida del Aye-Aye, al igual que los dientes de un roedor. Una vez que llega a la larva, utiliza su dedo medio alargado para pescar la larva para el almuerzo.

El Aye-Aye claramente ha sido especialmente diseñado con características únicas para que pueda vivir en un nicho que no está cubierto en su propio entorno. Nuestro Dios Creador no sólo hizo la Tierra para ser habitada, ha diseñado sus criaturas para que puedan vivir dentro de ella.

Oración: Te agradezco, amado Padre, por la singular riqueza de tu creación. Amén. 

Notas: Fronteras de la ciencia, pp. 136-137, “El Aye-Aye, un forrajero de percusión”.

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