Salmos 147:5
“Grande es el Señor nuestro y mucho su poder, y su entendimiento es infinito”.

Solo imagínese a un científico que va al supermercado toma un banano, la antena de un cangrejo azul y el bigote de un bagre.  Los lleva de vuelta a su laboratorio, los engancha y conecta todo eso a su computadora.  Él lo llama una “bananatrode” y lo utiliza para detectar químicos del cuerpo humano llamados dopamina.

Aunque los científicos en realidad no hacen eso, la escena no es tan descabellada.  La antena del cangrejo puede detectar diminutos rastros de aminoácidos en el agua de sal.  Verá, los cangrejos encuentran su almuerzo al percibir aminoácidos en el agua.  Así mismo el bigote del bagre puede detectar pequeñas cantidades de aminoácidos en el agua dulce y los dos pueden hacerlo bastante rápido.  Los científicos saben que estos censores naturales funcionan mucho más rápido y son más sensibles que los métodos bastante engorrosos de los análisis de laboratorio.  Por esta razón se están estudiando seriamente para el uso médico humano.  Una de estas aplicaciones es un censor de glucosa para un páncreas artificial.  ¿Oh, y el banano? Eso era para el almuerzo del científico.

Es asombroso considerar que mientras el cangrejo y el bagre están bastante abajo en la escalera evolucionista, sin embargo, tienen estas maravillosas habilidades que no se igualan a ninguna tecnología del siglo veinte y uno.  Sin duda, esto más razonablemente es evidencia de un diseño excelente hecho en el principio por nuestro Creador.

Oración: Amado Padre celestial, Tú has llenado Tu creación con milagros maravillosos de diseño para que el hombre pueda buscarte a Ti que lo hiciste todo.  Guárdame del pecado pagano de poner a la creación sobre Ti, el Creador.  En nombre de Cristo Jesús.  Amén.

Ref: Kay Cahill, “Animal Sensors,” OMNI. Photo: Crab. Courtesy of Hans Hillewaert. Licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license.

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