Génesis 1:28
“Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra»”.

Inteligencia – cuanto sea necesario y nada más – se encuentra generosamente a lo largo de la creación.  Así que no podemos decir que solo la inteligencia hace que los humanos sean especiales.  

Considere al pájaro tejedor.  El nido del pájaro tejedor consiste de tiras de fibra y hierba tejida.  Utilizando su pico y sus patas, el pájaro tejedor macho utiliza tanto lazos como nudos para tejer su nido colgante.  Entonces el nido debe ser inspeccionado por una pareja potencial.  Si a ella no le gusta la construcción del nido, esta rechazará a su pareja interesada.  El macho entonces tendrá que destruir su trabajo y volver a empezar.  A algunos machos se los ha visto construyendo y destruyendo sus nidos dos docenas de veces antes de encontrar una pareja potencial quien esté satisfecha con su trabajo.  De hecho, algunos pájaros tejedores construyen inmensas ciudades de nidos protegidos por techo tejido.  ¡Un techo sobre una ciudad de pájaro tejedor medía 4 metros con 50 centímetros  de ancho!

La inteligencia humana abarca mucho más que la inteligencia animal.  Sin embargo, lo que nos distingue de los animales es el hecho que nuestro Creador nos hizo para tener una relación especial con Él.  Aún cuando Adán y Eva pusieron su voluntad por sobre la Palabra de Dios, Él todavía nos amó lo suficiente como para pagar el precio más alto para restaurarnos hacia Él mismo.  Jesucristo vivió en perfecta obediencia para con Dios por nosotros, y luego sufrió el castigo de nuestra desobediencia contra Dios.  En Su Resurrección de los muertos, todos aquellos que abracen a Cristo en fe recibirán la promesa de ser hechos otra vez nuevas criaturas – ¡Recomenzando aquí mismo en esta vida!  ¡Ese es el amplio abismo entre los humanos y los animales!

Prayer:
Amado Padre, te agradezco porque me has dado vida, y aun cuando estaba perdido en el pecado, me buscaste con Tu evangelio. Ayúdame a vivir verdaderamente como una nueva criatura en Cristo. En Su nombre. Amén.

Notes:
Science Digest, Aug. 1983. p. 73.

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