Proverbios 20:12
“El oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha hecho Jehová”.

Rainy street¿Sabía usted que el limpiaparabrisas intermitente de su auto fue descubierto en un abrir y cerrar de ojos? Según el libro- “Evidencia inspirada: una sola realidad (Inspired Evidence: Only One Reality), he aquí el relato de cómo se produjo.

Hoy en día, los conductores toman por sentado el limpiaparabrisas intermitente. Al fin y al cabo, todos los autos lo tienen. Pero, antes de 1969, los conductores no eran tan afortunados. Los limpiadores sólo tenían dos velocidades: rápido y lento. Y la mayor parte del tiempo, ninguna de esas velocidades era exactamente lo que el conductor deseaba.

En la década de 1960, Robert Kearns, profesor de ingeniería de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit, Michigan, estaba teniendo problemas cuando conducia su auto en una noche brumosa. Casi había quedado ciego, en su noche de bodas, una década atrás, cuando el corcho de una botella de champaña fue disparado hacia su ojo izquierdo. Con su visión limitada y la neblina en su parabrisas, comenzó a pensar en el ojo humano que tiene su propio limpiador, el párpado, que automáticamente se cierra y se abre cada pocos segundos.

En 1963, Kearns construyó su primer sistema de limpiador intermitente utilizando componentes electrónicos disponibles. En su diseño, el intervalo entre los barridos se determina por la tasa de flujo de corriente en un condensador. Cuando la carga en el condensador alcanzaba cierta tensión, el condensador se descargaba, activando así el motor del limpiaparabrisas para un ciclo determinado. Ford, incorporo el limpiaparabrisas intermitente en la línea Mercury de la empresa a partir de los modelos de 1969.

El limpiaparabrisas intermitente – al igual que muchos otros inventos prácticos- fue inspirado por los diseños que Dios puso en su creación.

Prayer:
¡Señor Jesús, Tu creación está llena de tantos ejemplos de diseño ingenioso, no puedo ni empezar a contarlos a todos! ¡Alabo Tu Santo Nombre! Amén.

Notes:
J. V. Vette y B. Malone, Evidencia inspirada: sólo una realidad, Junio 24 (Publicaciones búsqueda de la Verdad, 2011).

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