Marcos 11:24

“Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.

Los pequeños insectos llamados plantas de hielo no tienen alas.  Es por esto que los científicos estuvieron sorprendidos al saber que la criatura utiliza estrategias de pre-vuelo y vuelo sofisticadas para moverse de una planta de hielo a otra.

Escamas de la planta de hielo infecta a las plantas de hielo, que son plantas utilizadas en jardinería.    Para estudiar al insecto, los científicos tuvieron que observar las escamas de los críos de la planta de hielo bajo el microscopio porque solo son un quincuagésimo de pulgada de largo.  Fue en este trasfondo que los científicos vieron un inesperado ballet de insectos.

Sintiendo un viento de diez millas por hora o más, una escama determinaría la dirección del viento con su antena y le daría la espalada a la brisa.  Entonces éste se inclinaba hacia atrás en sus patas traseras y extendía sus antenas y patas.  Esto duplica la superficie del insecto y hace posible que el insecto sea levantado y llevado por el viento.  Al extender sus patas y antenas, el insecto reduce el ritmo de la caída para que pueda ser llevado más lejos por el viento.  Los científicos notaron que inclusive los insectos que tienen un día de nacimiento conocen sobre volar y están listos para migrar.

Estas acciones están diseñadas para permitir a los insectos sin alas el tomar toda ventaja de los principios del vuelo.  La única conclusión científica que tiene sentido es que este conocimiento fue cableado en el insecto por su Creador, Dios mismo.

Oración: Señor, estoy maravillado cuando veo el cuidado y el detalle que Tu has dado a todo en la creación.  Perdóname por las veces que te he tratado como si estuviera distante y he sido dejado aquí a solas.  Amén.

REF.:  Blown Away:  Riders on the Wind. Science News, Mar. 31, 1984. p. 201.

 

 

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