Salmos 93:3-4
“Alzaron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los ríos sus ondas. Jehová en las alturas es más poderoso Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del mar.”

 Aproximadamente al mismo tiempo que la biología fue infectada por “El Evolucionismo Darwiniano”, la geología fue infectada por las ideas de Charles Lyell.  El rechazó la idea del “Catastrofismo”, como se describe en la Biblia. De hecho, su motivación era hacer que la gente dejara de creer en lo que él describió como “Geología Mosaica”: la geología de Moisés. El concepto de geología de Lyell era uno de cambio lento y gradual, un concepto conocido como “Uniformitarianismo”.

En la década de 1920, J. Harlen Bretz notó que el este del estado de Washington tenía muchas características que parecían ser cascadas sin agua fluyendo sobre ellas. El más grande de ellos fue el famoso Dry Falls. La región también contenía grandes cañones con fondos planos y paredes casi verticales, llamados coulees. Estos, junto con las muchas barras grandes de grava, sugirieron a Bretz que el área debió haber sido restregada al mismo tiempo por el agua de la inundación. La idea de Bretz fue ridiculizada por el establecimiento geológico durante muchos años, porque una inundación catastrófica sonaba demasiado como el diluvio del Génesis. Sin embargo, décadas más tarde, más evidencia, incluidas vistas aéreas, finalmente convenció a los geólogos de que Bretz tenía razón y que un evento catastrófico había dado forma a esa región.

En consecuencia, las ideas uniformitarianistas se modificaron para permitir ciertas catástrofes. Los geólogos del tiempo profundo ahora piensan que debe haber habido varias inundaciones en la región, pero la evidencia realmente solo sugiere una, formada por el drenaje de un lago glacial en Missoula, Montana, formado a partir del agua de una inundación retenida, que se liberó, después del Diluvio, cuando se retiraron los glaciares de la Edad de Hielo.

Oración: Señor Dios, Tu sabiduría es más alta que la nuestra, y Tus caminos mucho más grandes que los nuestros. Amén.

Ref: Oard, M.J. y Reed, J.K., Cómo la inundación de Noé dio forma a nuestro mundo (Powder Springs, GA: Creation Book Publishers), págs. 160-162. Imagen: CC BY-SA 3.0 Sin puerto.

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