Génesis 7:21-23
“Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.

Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.”

Los anteriores escritores y presentadores de “Momentos de La Creación” a menudo han hablado sobre los fósiles. Y, es útil volver a repasar un terreno familiar nuevamente, especialmente si este es de importancia fundamental. Los evolucionistas nos dicen que los fósiles son evidencia de un cambio evolutivo. Nada más lejos de la verdad. Como creacionistas, encontramos que los fósiles tienen mucho más sentido con una explicación bíblica.

Los fósiles están muertos. Y, dado que no hubo muerte en el mundo hasta el pecado de Adán, los fósiles no pueden ser anteriores a ese hecho. Entonces, cuando se crearon los humanos, no había fósiles. Los fósiles son el resultado de un evento mundial, y la mayoría de ellos parecen ser de criaturas que murieron rápida y catastróficamente bajo el agua, estando cubiertos de sedimentos transportados por el agua. Se entiende mejor que tal formación sucedió debido al Diluvio mundial.

Algunos de los fósiles más grandes, como los dinosaurios, se encuentran enterrados en contorsiones, que parecen ser las últimas agonías de la muerte; esto es consistente con la muerte súbita causada por el Diluvio. La mayoría de estos fósiles también se encuentran en conjuntos o desorden de huesos. Nosotros tendemos a olvidar estos dos últimos hechos cuando vemos reconstrucciones cuidadosas de dinosaurios en pie en los museos. Muchos fósiles se parecen mucho a las criaturas supervivientes modernas, de modo que el registro fósil no ilustra cambios, sino estasis o, en el caso de las criaturas que no encontramos hoy, extinción.

Lejos de ser un problema para los creacionistas, los fósiles son nuestros aliados, y podemos estar seguros de que una explicación bíblica de su formación es la más eficaz.

Oración: Señor, nosotros sabemos que Tu palabra es verdadera, y que podemos usarla confiadamente para interpretar el mundo que nos rodea. Amén.

Ref: Mitchell, JD (2017), Fósiles, (Gresham, OR: CEC Publications), pp. 2-4. Imagen: Tyrannosaurus rex, Palais de la Découverte, París, CC BY-SA 3.0 Sin Puerto.

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