Mateo 5:48
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es Perfecto”.
¿Qué tenía Dios en mente cuando creó al hombre? El mundo que nos rodea ofrece muchas imágenes de lo que significa ser un “hombre de verdad”. El mundo nos ofrece el sostén de la familia, el tipo duro y el incesante impulso del éxito del adicto al trabajo. Además, se está volviendo cada vez más universal que es la mujer quien mantiene unida a la familia. Podemos estar seguros de que ninguna de estas imágenes capta lo que Dios tenía en mente.
Si queremos aprender algunas lecciones prácticas sobre lo que Dios quiso que fuera un hombre, debemos comenzar con “La Creación” original de Dios del primer hombre. El primer trabajo que se le dio a Adam, el primer hombre, fue una tarea intelectual: identificar y nombrar a los animales.
Jesucristo nos enseñó a llamar a Dios “Nuestro Padre”. Sin embargo, no debemos cometer el error de compararlo con nuestros imperfectos padres humanos. Los padres humanos necesitan aprender de Dios. ¿Qué clase de padre es él? Él es fuerte. Sin embargo, la fuerza no significa lanzar rayos. La verdadera fuerza se muestra mejor cuando el amor persiste a pesar del rechazo y la desobediencia. Dios nunca se cansó de buscar pacientemente a Saulo de Tarso, su enemigo acérrimo.
Sin embargo, aunque es amoroso, Dios no es débil. Ha establecido absolutos de los que podemos depender. Él siempre guarda Su Palabra. Podemos estar agradecidos por eso, porque cuando nos miramos a nosotros mismos sabemos que no hemos sido los hombres o mujeres que Él quiso que fuéramos. Su Palabra de gracia en el perdón de los pecados a través de Jesucristo asegura a todos los que se aferran a Cristo que el Dios perfecto y todopoderoso es verdaderamente nuestro Padre.
Oración: Padre nuestro que estás en los cielos, te pido que tu nombre sea santificado entre nosotros a través de la conducta de nuestras vidas y nuestro amor persistente el uno por el otro. En el nombre de Jesús. Amén.
Imagen: Sermón de la Montaña de Carl Bloch (PD)
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