Levítico 11:3-6
De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis.

Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia, pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo.  También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo.  Asimismo, la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.

De vez en cuando, te encontrarás con un incrédulo que ha logrado obtener un fragmento de información de la Biblia, sin saber de dónde proviene esa información o lo que realmente significa. Un ejemplo de esto es la acusación de que la Biblia dice que los conejos rumian, pero no lo hacen, así que obviamente la Biblia está equivocada.

Para ahorrar tiempo, el pasaje relevante es parte de las leyes alimentarias en Levítico 11: 6. Los israelitas tienen permiso de comer animales con pezuñas hendidas, que rumian. Por lo tanto, el conejo o la liebre se excluyen específicamente porque “rumian, pero no tienen la pezuña hendida.”

Los rumiantes, como las vacas, ovejas y cabras, pasan la prueba, por así decirlo, porque efectivamente, rumian y tienen pezuñas hendidas. Noten que “las pezuñas hendidas” no es una acción, sino una descripción. Estos rumiantes tragan hierba relativamente sin masticar en un solo estómago. Luego, regurgitan esta hierba parcialmente digerida, la rumian de nuevo (masticando el bolo alimenticio) y la tragan otra vez, donde pasa a través de los otros estómagos.

Aunque, la palabra hebrea no describe esta acción. En cambio, describe “devolver lo que se ha tragado”. Los conejos realmente hacen esto, porque producen gránulos fecales ligeros parcialmente digeridos, que los comen nuevamente, y los digieren más tarde, luego defecan los gránulos fecales más oscuros y familiares. Entonces, el complejo sistema digestivo del conejo coincide con lo que el Hebreo Original dice en realidad, a pesar de que en el castellano parezca ser diferente.

Oración: Gracias Señor, que Tu Palabra es sabia y siempre verdadera. Amén.

Autor: Pablo F. Taylor

Ref: Sarfati, J., ¿Los conejos rumian su bolo alimenticio?, Creation 20 (4):56 — septiembre de 1998. Imagen: CC BY-SA 4.0 Internacional.

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