1 Corintios 2:7
“Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria…”

Uno de los métodos comunes para descubrir la edad de las piedras y por último la edad de la Tierra, es medir la descomposición del uranio radioactivo en el plomo – mientras más plomo, más antigua la piedra.  Sin embargo,  este método establece asunciones muy grandes.  Primero, asumen que las piedras son como bóvedas cerradas y que ningún uranio, plomo o los elementos de descomposición intermedios pueden alguna vez entrar o salir de la piedra.

El hecho es que, numerosos estudios científicos muestran que todas estas asunciones están equivocadas.  Varios estudios han demostrado que el material de piedra comúnmente fechado puede tener plomo en ella al cristalizarse.  Otros estudios han demostrado que el plomo, uranio y otros elementos importantes para fechar pueden ser removidos de la piedra por simple exposición a la intemperie u otras condiciones.  En otras palabras, mientras que los científicos evolucionistas comparan las piedras como bóvedas cerradas estamos aprendiendo que son más como esponjas.  Esto explica el por qué los métodos de fechado evolucionistas han encontrado, por ejemplo, que una parte de una piedra sea 30 veces más antigua que la otra parte de la misma piedra.

La próxima vez que escuche que alguien diga que ciertas piedras o los fósiles en ellas tienen millones o billones de años, sólo recuerde, que las piedras no son como bóvedas.  Son más como esponjas que consiguen o pierden elementos, haciendo que un fechado acertado sea imposible.  No han ninguna buena evidencia científica de que la tierra sea más antigua que los pocos miles de años indicados por la Biblia.

Oración: Te agradezco, Señor, que puedo confiar en Ti como la Roca de los siglos.  Amén.

Ref: Impacto [ICR], 1/00. Foto: Fósiles PD_Pixabay com.

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