Génesis 1:29
“Después dijo Dios: «Mirad, os he dado… todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer”.

Presumiblemente, antes de la caída al pecado, no teníamos ningún colesterol malo, o por lo menos no nos hacía ningún daño a nuestra corriente sanguínea.  El llamado “colesterol malo” es lipoproteína de baja densidad.  Se llama malo porque tiende a causar que nuestras arterias se obstruyan a menos que sean contrarrestadas por el llamado “buen-colesterol” o lipoproteína de alta densidad.

Orange juiceBasados en investigaciones antiguas, los científicos querían probar la idea de que las sustancias en el jugo de naranja podrían mejorar los niveles de buen colesterol.  A unos voluntarios se les chequeo su nivel de colesterol regularmente durante el periodo de prueba.  Después de seis semanas de una dieta baja en colesterol, debían tomar un vaso de jugo de naranja todos los días durante cuatro semanas.  El resultado fue un incremento de cinco por ciento del buen colesterol.  Luego tomaron dos vasos de jugo de naranja por día por cuatro semanas.  El resultado fue otro siete por ciento de incremento del buen colesterol.  Luego se les indicó que tomaran tres vasos de jugo por día.  El resultado fue un mejoramiento global de 27 por ciento.  Sorprendentemente, los investigadores encontraron que cinco semanas después de que habían dejado de tomar su porción de jugo de tres vasos al día del experimento, su colesterol bueno permanecía alto.

Podemos estar agradecidos que, en Su perfecta presciencia Dios creó algunos alimentos que contrarrestan los efectos del pecado en nosotros.  Podemos estar aún más agradecidos que Su plan de salvarnos de nuestros pecados estuvo en lugar,  aún antes de que hubiera el pecado.

Prayer:
Gracias, Padre, por proveer para todas mis necesidades, especialmente mi necesidad de un Salvador. Amén.

Notes:
Science News, 11/18: 2000, p. 327, J. Raloff, “Path to heart health is one with a peel.” Photo: Orange juice. (PD)

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