Romanos 8:38-39
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”.

Mientras aprendemos más acerca de la historia de nuestro planeta, se hace cada vez más obvio que la tierra ha tenido muchas fases a través de su historia.  Restos de bosques tropicales se han encontrado dentro de las 400 millas del Polo Norte.  Los dinosaurios alguna vez vivieron en la vegetación exuberante de Alaska.  Alguna vez uno podía incluso caminar a Australia desde el Asia.

También se ha sabido por algún tiempo que el gran continente Antártico alguna vez fue mucho más cálido que hoy en día.  Sin embargo, solo recientemente hemos aprendido que los congelados páramos de la Antártica eran colinas forestadas no hace mucho tiempo atrás.  En los años de 1980 los restos de un bosque fueron descubiertos a lo largo de las Montañas Transárticas.  El bosque se estiraba sobre un área de 1.300 kilómetros.  Cuando el bosque Antártico estaba creciendo, el área montañosa se veía como los fiordos de Chile y Noruega.  Los científicos han continuado buscando evidencias de los animales que pudieron haber vivido en el bosque.

¿Hace cuánto tiempo creció el bosque donde ahora solo hay hielo y nieve?  Científicos han encontrado madera del bosque.  No está muy fosilizada.  De hecho, todavía flota y puede ser quemada.  Los científicos que típicamente asignan grandes años a la tierra  dicen que la evidencia ahora dice que los cambios que se dieron en el Antártica pasó mucho más rápidamente de lo que alguna vez pensaron.

Nuestra tierra es dinámica, cambia mucho más rápido de lo que la mayoría alguna vez pensaron.  Esto es a menos que uno haya creído la historia catastrófica de la tierra registrada en la Biblia.

Prayer:
Amado Padre celestial, Te agradezco por recordarnos que sin importar lo que pase, Tú estás en control y estas viendo por bienestar de Tu pueblo. Sigue recordándome de esto, especialmente cuando las cosas parecen estar fuera de control. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notes:
S. Weisburd. “A Forest Grows in Antarctica.” Science News, Vol. 129. P. 148.

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