Salmos 51:11

“No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu”.

Aunque muchas ranas viven mucha de su vida fuera del agua, ellas necesitan del  agua para reproducirse.  Esto puede ser un problema, ya que algunas ranas viven en árboles y ¡algunas inclusive viven en el desierto!

Para una rana de árbol, el viaje desde la copa de un árbol a un estanque cercano es una travesía larga y peligrosa.  Sin embargo, el Creador se preocupa de todas Sus criaturas.  Las hojas de la bromelia que crece en las ramas de muchos árboles en el bosque tropical forman un estanque muy arriba de la tierra.  ¡Como resultado, la rana mamá puede criar a sus críos sin nunca dejar la copa del árbol!

El desierto parecería ofrecer un desafío aún más grande para una rana.  Sin embargo, ya que le plació al Creador el poner ranas en el desierto – tal vez para desafiar a los evolucionistas – Él también ha provisto para sus necesidades.  Puede llover solo una vez cada dos años en los desiertos de Australia central.  Cuando llueve, las ranas que almacenan agua emergen de sus escondites bajo tierra y desovan en los charcos.  Antes de que los charcos desaparezcan no solo se rompen los huevos, sino que los críos crecen y se desarrollan como ranas que pueden almacenar agua hasta las próximas lluvias.  Y el desierto una vez más toma control, las ranas una vez más excavan para estar bajo tierra y entrar a una animación suspendida hasta que las próximas lluvias lleguen.  Uno o dos años después la nueva generación emergerá después de las próximas lluvias para criar a sus críos.

Ni la casualidad ni la rana más inteligente del mundo podría diseñar o crear estas habilidades.  Solo un Creador sabio podría hacerlo.  ¡Y si el Creador ha provisto todo este cuidado para las ranas, solo imagínese cuanto más Él cuida de usted y de mi en nuestro diario vivir!

Oración:  Aunque el mundo parezca muy malvado, amado Padre, y yo a veces me pregunto dónde estás Tú para dejar que tanta maldad siga, yo estoy seguro de Tu presencia. Ayúdame a comunicar Tu amor a aquellos a mí alrededor. En nombre de Cristo Jesús. Amén.

Notes: Wilder, Rachel. 1983. Flying frogs. Science Digest, Nov. p. 120.

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