Génesis 2:7
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,[g] sopló en su nariz aliento de vida[h] y fue el hombre un ser viviente”.

Se encuentra detrás de su refrigeradora y debajo de su cama.  Es parte del aire que respira.  Aunque el polvo es común, no es del todo común.

world of dustMucho del polvo en nuestra vida diaria no es nada más que diminutas partículas de piel, ropa, alfombrado – son sólo piezas de la vida diaria flotando por el aire.  Estudios de las partículas de polvo revelan que la mayoría del polvo es tierra.  Sin embargo, un segundo polvo común, aún a miles de kilómetros del mar, es la sal, que ha sido transportada por las olas hacia el viento.  Esta sal ayuda a formar las nubes que nos traen la lluvia.  Las próximas formas comunes de polvo natural son las erupciones volcánicas y los incendios forestales.  Vientos transatlánticos levantan el polvo del Sahara y lo barren a través del océano donde suficiente de él aterriza en Miami y da a la lluvia, a veces, un color rosado claro.

No sólo que su hogar tiene polvo de alrededor del mundo, sino que probablemente también hay algo del espacio exterior.  Hay por lo menos diez toneladas de meteoritos y cometas desintegrándose que llueven sobre la tierra cada año.  Usted puede identificar algo de este polvo al pasar un imán a través del polvo en un canal de lluvia.  La mayoría de partículas magnéticas que se pegan al magneto probablemente son del espacio.  Además, algo del polen está vivo, hecho de polen, esporas de hongos e incluso bacterias inactivas que esperan caer sobre un buen lugar donde crecer.

El polvo nos recuerda que el mundo es más pequeño de lo que pensamos y que no va a durar para siempre.  ¿Está usted listo para el próximo mundo? Todas sus preparaciones han sido hechas por Cristo Jesús.  Encuentre hoy en la Biblia lo que Él ha hecho por usted.

Prayer:
Señor, así como el polvo nos recuerda que esta vida sobre la tierra es temporal, asegúrame, a través de Tu Palabra – que es eterna – que yo viviré contigo por siempre. Ayúdame a esperar esto ahora aún más. Amén.

Notes:
Moser, P.W. 1986. Discover, Nov. p. 107.

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