Eclesiastés 8:16-17a
“Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría y a ver la faena que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día retiene el sueño en sus ojos); y he visto todas las obras de Dios, y que el hombre no puede conocer toda la obra que se hace debajo del sol”.

Un error científico ha llevado a varios descubrimientos sobre los abejorros.  Al cerrar los científicos sus laboratorios una noche en la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, uno de ellos accidentalmente dejó prendido un sistema infrarrojo de monitoreo de televisión.  Cuando los investigadores regresaron la mañana siguiente, descubrieron que los abejorros que habían estado estudiando estaban saliendo de sus nidos en la oscuridad para un refrigerio de medianoche.  No, no volaron. Más bien, caminaron hacia el suministro de comida que los científicos habían provisto.  Esto llevó a los científicos a estudiar más a fondo cómo los abejorros navegan en la noche.  Cuando los científicos movieron su alimentador, los abejorros caminaron a través de la oscuridad a su antigua ubicación.  Cuando los científicos cambiaron la posición del piso sobre el cual las abejas caminaban, ellas siguieron su antiguo camino, aunque iba en dirección equivocada.  Luego de que los científicos limpiaron la superficie sobre la cual las abejas caminaban, las abejas todavía fueron en la dirección del compás de la ubicación original hacia su alimentador.  Estos resultados han llevado a los científicos a creer que los abejorros navegan tanto por olfato como por algún tipo de compás magnético interior.  Ninguno de estos dos hechos se conocía anteriormente.  Un descubrimiento final es que la alimentación de las abejas tiene dos tiempos picos, medio día y media noche.  Claramente, hay mucho más que aprender.

La creatividad de Dios al proveer a todas Sus criaturas con las habilidades que necesitan parece ser ilimitada.  Sin importar cuan sofisticada se vuelva la ciencia, nunca se agotará de cosas que aprender de la creatividad de Dios.  Esta es otra evidencia de que no somos el producto de una evolución accidental.

 

Oración: Te agradecemos, Padre, por Tu maravillosa creatividad en todas las cosas. Amén.

Ref: S.M. Vida nocturna descubierta para abejorros, Science News, v.155, p.78. Foto: Bumblebee- Pixabay.com.

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